lunes, 21 de marzo de 2011

Santo Niño de Atocha


La Historia







La imagen del niño Jesús, conocido como el Santo Niño de Atocha, Aunque se lo conoce como un peregrino, generalmente se lo muestra sentado en una pequeña silla.

La tradición devota del Santo Niño de Atocha es un relato rico, tanto en historia como en devoción.

Según la tradición, la devoción a Nuestra Señora de Atocha y su niño hacedor de milagros se originó en Antioch, y San Lucas el Evangelista fue el escultor de la primera imagen de la madre y el niño. De este modo, es posible que la palabra Atocha provenga de Antiochia. La devoción a Nuestra Señora con ese nombre se extendió rápidamente, y en 1162 hubo una hermosa estatua medieval en la Iglesia de Santa Leocadia en Toledo. En 1523, Carlos V de España pagó un enorme templo y ubicó la estatua bajo el cuidado de los Dominicanos. La imagen del Santo Niño era desmontable, y las familias devotas tomaban prestada la imagen del niño cuando una mujer estaba a punto de dar a luz a su bebé.

La leyenda devota del hacedor de milagros, el pequeño Santo Niño, surgió en España. En Atocha, un suburbio de Madrid, muchos hombres estaban en prisión debido a la fe que profesaban. Como los carceleros no alimentaban a los prisioneros, las familias les traían los alimentos. En una época, el califa emitió una orden que consistía en que nadie excepto niños de doce años o menores podía traer alimentos a los prisioneros. Aquellos que tenían niños jóvenes podían mantener con vida a sus familiares, ¿pero qué les sucedería a los demás? Las mujeres del pueblo suplicaban a Nuestra Señora, pidiéndole que las ayudara a encontrar una forma de alimentar a sus maridos, hijos y hermanos. Al poco tiempo, los niños volvieron a sus hogares con una historia extraña. Un joven niño visitaba y alimentaba a los prisioneros que no tenían niños jóvenes que los alimenten. Ninguno de los niños sabía quién era, pero la pequeña vasija de agua que llevaba nunca estaba vacía, y la canasta siempre estaba llena de pan para alimentar a todos los desafortunados prisioneros que no tenían niños propios que les trajeran alimentos. Llegaba de noche, pasando al lado de los guardias que dormían o sonriendo amablemente a los que estaban despiertos. Aquellos que habían pedido un milagro a la Virgen de Atocha comenzaban a sospechar acerca de la identidad del pequeño niño. Como una manera de confirmarlo, los zapatos de la estatua del niño Jesús estaban gastados. Cuando los reemplazaron por unos nuevos, esos también estaban gastados. Luego de que Fernando e Isabel expulsaron a los moros de España en 1492, la gente continuó invocando la ayuda de Nuestra Señora de Atocha y su Santo Niño.

Cuando los españoles llegaron al Nuevo Mundo, trajeron consigo las devociones de sus tierras nativas. Aquellos que provenían de Madrid naturalmente trajeron su devoción a Nuestra Señora de Atocha. En 1540, se descubrieron minas de plata en México, y los trabajadores españoles de minas emigraron aquí.

En Plateros, una pequeña aldea cercana a las minas de Fresnillo, se construyó una iglesia en honor a Santo Cristo de los Plateros, un crucifijo milagroso, comenzando la construcción a fines de la década de 1690. Se colocó en un altar del costado una hermosa imagen española de Nuestra Señora y su Niño Divino.

En la estatua original de Nuestra Señora de Atocha en el santuario mexicano ella sostenía al Santo Niño con su brazo izquierdo. El niño era desmontable y en una oportunidad la imagen original se perdió. Se talló un reemplazo a medida. El nuevo niño tenía características indígenas. Más parecida a una muñeca que a una escultura, la imagen tenía una peluca de pelo humano y sus manos eran muy grandes y toscas. Los párrocos comenzaron a llevar al Santo Niño a las procesiones en las Navidades, en las fiestas de febrero de Candelaria, en la Purificación de la Virgen, a la iglesia parroquial cercana a Fresnillo. Vestían al Santo Niño con diferentes atuendos para destacar las festividades estacionales del calendario litúrgico.

A fines de la época colonial, la devoción al Santo Niño creció y eclipsó a la devoción a Nuestra Señora de Atocha, y también a la del Señor (Santo Cristo) de los Plateros. En un inventario de 1816, se describe a la pequeña imagen del Santo Cristo usando un vestido púrpura y sosteniendo un pequeño globo de plata y un cetro. Su vestido estaba decorado con varios Milagros plateados y él había obtenido dos retablos en acción de gracias por parte de clientes agradecidos. En 1838, un nuevo inventario mostró que la pequeña imagen había sido trasladada a un nicho en el altar principal. Aún vestido como un niño príncipe, había ganado un rosario y un cinturón y tenía veintinueve conjuntos de ropa y treinta y dos retablos (pinturas en lata o madera dadas como ofrendas ex voto).

Como la reputación del Santo Niño como hacedor de milagros creció a través de los años, el santuario en el área escasamente poblada de montañas escarpadas se convirtió en un importante lugar de peregrinación. El Santo Niño había recibido tantas ofrendas de voto que en 1883 se construyó un edificio especial, el salón de retablos, para albergarlas y ser un museo del santuario.


Existen otras imágenes del Santo Niño como un pequeño peregrino deambulante en todo el mundo, tales como la que está en Cuzco, en la región de Perú, la llamada “palaboy” o “wanderer” (“peregrino”) en las Filipinas, y dentro del estado de Jalisco exiten varias también, tal como en el Grullo, y en el mismo Chiquilistlán. El pequeño niño de Atocha peregrino y hacedor de milagros visita los corazones de todos con Su tierno amor.

Los usos y costumbres que giran en torno al Santo Niño de Atocha que se encuentra en Chiquilistlán son:

Las fiestas que se celebran son la semana previa al 25 de Diciembre, en donde como comunmente se integra al Santo niño en el Nacimiento y se le hace oración.

Es un Santo Niño peregrino, esto es, que continuamente visita a enfermos y devotos que requieren de su ayuda, por lo que no se le encuentra en un lugar específico, si no en alguna vivienda donde se le ofrece oración.

Sólo es fácil encontrarle en alguna vivienda del poblado durante el Mes de Diciembre y Enero.

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